6/7/11

Política Mortal


Ciudad de México, 24 de marzo de 1994. 

Anoche tras lo sucedido en Tijuana, miles de mexicanos, incluyéndome, experimentamos esa sensación de impotencia ante lo que ha sido uno de los actos más violentos en la historia política nacional. Sin duda alguna, ha sido uno de los hechos más dolorosos, pero invito a los mexicanos a no entrar en pánico, pues ante este tipo de actos desastrosos, lo único que nos mantendrá cuerdos será la unidad que tenemos como pueblo.

Sí, tenemos que hace a un lado cualquier tipo de diferencias y juntos exigir justicia, pues les aseguro, que detrás del asesino físico de Luís Donaldo Colosio, hay varios asesinos políticos que lo único que quieren es sembrar miedo en la ciudadanía para que su adicción al poder siga siendo alimentada por ésta. ¿Acaso no fue así como Díaz Ordaz calló a aquellos jóvenes sedientos de justicia? ¿No fue así como Pinochet reprimió a un país entero?

No callemos esta tragedia, exijamos justicia, y con justicia no me refiero a dar más poder a los que se dicen honestos gobernantes de la República, muy al contrario exijamos que el poder se le dé al pueblo, ha llegado la hora de que ésos a los que mantenemos como reyes nos rindan cuentas, es momentos de que se nos dé una explicación creíble, lógica y razonable de los hechos recientes. Te invito a recordar, que si no eres parte de la cura, eres parte de la enfermedad; que si no ayudas a conseguir este cambio urgente que todos necesitamos, todas tus acciones son tan sólo un ladrillo más en la pared.

Muy probablemente, mañana sea mi sangre la que corra en las calles por haber escrito esto, pero si he logrado conmoverte tan siquiera un poco, si he logrado que por tan sólo un instante analices la terrible crisis en que hemos entrado, he de morir feliz pues mi propósito se ha cumplido.

3 comentarios:

  1. Sabes que amo cómo escribes Katia?? Y bueno, aquí la única ley es la de Herodes :/ esa película MIS respetos

    ResponderEliminar
  2. A veces me parece que el país no tiene ningún rumbo, que estamos condenados a la crisis y a la falta de sentido.
    Luego leo cosas como esta y pienso que quizá sí puedo depositar mis esperanzas en los jóvenes...

    ResponderEliminar