22/7/11

Cómo sacar dinero (a la fuerza) sin asaltar.


Trato de no juzgar a las personas por su apariencia, pero en algunos casos me resulta un tanto difícil, sobre todo en el caso de los “reguetoneros”. Yo sé que hay que respetar los diferentes gustos que la gente tiene con respecto a su ropa, música, entre otras cosas pero, confieso, que su imagen realmente me causa conflicto, en fin.

Se preguntarán por qué escribo acerca de algo que no me gusta, bueno la razón es muy simple, si me permiten les relataré lo vivido hace tan sólo unas horas:

Con motivo del cumpleaños de un amigo, fui invitada a un restaurante en insurgentes sur. El traslado de mi casa a dicho restaurante es bastante fácil: un microbús y después metrobus, ruta que me sirve para llegar a varios lugares de la ciudad. Bueno, pues ahí me tienen sentada en el “micro” con mis audífonos puestos escuchando Radiohead, debido a que considero esa ruta bastante segura no me preocupe en ocultar celular ni aparatos electrónicos (de hecho no deberíamos de preocuparnos por eso…), de repente, dos muchachos, una muchacha y un niño con vestimenta “reguetonera” hacen una entrada bastante aparatosa al vehículo con excusa de vender chocolates.

Los vi de reojo y pensé “Bueno… Si no me hacen nada ahí queda, pero la verdad qué mal se ven con esa ropa. No quiero ni pensar en las letras de su música, son como “Perrea mami, abajo mami…” Qué asco, en fin muy su decisión”.

La verdad es que esto ya se ha vuelto común en cualquier transporte público, y sinceramente siempre respondo negativamente a sus ofertas con toda la amabilidad que me es posible, así lo hice; mientras uno de los muchachos decía no sé qué cosa desde atrás (traía audífonos puestos), el niño repartía los dichosos chocolates y el segundo muchacho observaba desde la parte delantera, me ofrecieron su producto y me negué, acto seguido escuché las siguientes palabras (aun con los audífonos puestos y un volumen considerable) “A ver, a nosotros no nos van a tirar de locos eh… NOS VAN A COPERAR, MIREN NO NOS OBLIGUEN A PEDIR CADENAS, RELOJES, DINERO Y OTRAS COSAS. VAN A COPERAR CON LOS CINCO PESOS DEL CHOCOLATE Y TODOS CONTENTOS”, creo que es obvio lo que hice ¿cierto? Tranquilamente (me temblaban las manos) tomé mi cartera, saqué cinco pesos y recibí dos chocolates a cambio.

No sé si esto pueda ser considerado delito, pero lo que es seguro es el sustazo que nos llevamos todos los pasajeros en ese momento, quiero escribir más al respecto pero pasan de la 1.00 a.m., así que me retiro con la promesa de escribir más al respecto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario